2021-2022: El Ciclo Escolar de las transiciones

Oscar Isaac Corral Arias 


En medio de un ríspido debate entre diversos actores del ámbito educativo sobre la pertinencia del regreso presencial a clases, este 30 de agosto comenzó el ciclo escolar 2021-2022. En ello existe consenso, la educación no debe parar. Sin embargo, garantizar este derecho en el contexto donde la realidad pandémica es una nueva normalidad, exige que el sistema educativo se adapte a la complejidad de las circunstancias actuales.


Es importante recordar que, durante el pasado ciclo escolar, la narrativa gubernamental cambió en cuanto a la modalidad más pertinente de cómo garantizar el servicio educativo. Pasamos de un Aprende en casa, considerado “exitoso” por la SEP, a la urgencia del regreso a clases presenciales “por salud mental”. Es decir, de un modelo de educación a distancia, al apremio de la presencialidad en las aulas.


El discurso del presidente López Obrador en el cual sostuvo que “llueve, truene o relampaguee” debían abrirse las escuelas envió una señal inequívoca a la sociedad de que la presencialidad se impondría pese a estar en un momento vertiginoso de contagios, en la llamada “tercera ola”. 


Sin proponérselo, quizá, se asumieron por lo menos dos cuestiones. La primera, que la educación a distancia no ha sido lo suficientemente efectiva tal y como se sostuvo durante el ciclo pasado. Y por otro lado, que el inicio del ciclo escolar, en términos de presencialidad, ofrecería resistencias por amplios segmentos de la sociedad que fueron mantenidos al margen de dicha decisión, es decir, se confirmó que el regreso presencial, como lo dijo el ejecutivo, sería tormentoso. 


A nivel nacional, varios gobiernos estatales hicieron suya la bandera de presencialidad y se sumaron al decreto. Sin embargo, la presión en los medios de comunicación y redes sociales pronto harían matizar la decisión del regreso presencial.


El tema de la infraestructura educativa fue clave para suavizar la urgencia por el regreso. Según la Comisión Nacional de la Mejora Educativa (Mejoredu), solo el 71% de las escuelas primarias cuenta con agua y menos del 66% tienen instalaciones adecuadas para lavarse las manos, las condiciones se agravan en contextos indígenas donde el porcentaje baja al 39.5%. 


Ante el reclamo de amplios sectores del magisterio y de padres de familia, las posibilidades de brindar educación tuvieron, por necesidad, que adaptarse a la coyuntura. Nuevamente, la voluntariedad de la asistencia a estudiantes se hizo patente en el Acuerdo 23/08/2021 publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) cuyo propósito central es establecer las orientaciones para el inicio del ciclo escolar en los siguientes temas: presencialidad en las escuelas, protocolos de salud e higiene, diagnóstico y periodo de recuperación extraordinaria. Además, se abre la posibilidad de continuar con las clases a distancia.


En el caso concreto de Sinaloa, fue publicado en el Periódico Oficial del Estado de Sinaloa (POE) el Acuerdo en el que se armoniza el decreto federal. Asimismo, se explicitan los esquemas por los cuales se podrán ofrecer educación: presencial, a distancia e híbrida, esta última entendida como una combinación de las dos primeras. 


En esa tesitura, cada comunidad educativa durante los Consejos Técnicos Escolares (CTE) en su fase intensiva eligió la modalidad que mejor se adaptó a sus necesidades y consideró, en cierta medida, la voluntad de los padres de familia. Por lo menos, en el arranque del ciclo escolar. 


De manera que este año lectivo será de transiciones entre modelos de atención en cada escuela. Aunque se ha sostenido que será un proceso gradual y ordenado, la presión por dicha transición vendrá de todas direcciones. 


De momento, son tres escenarios los propensos a ocurrir teniendo en cuenta el contexto educativo sinaloense. En el primero, los contagios serán difícilmente atribuibles a la presencialidad. En este caso, las autoridades educativas insistirán con monitoreos, seguimientos y espacios de convencimiento sobre la necesidad de optar por el esquema presencial en las escuelas donde se continúa a distancia, o la presencia es poco asidua en los planteles. 


En el segundo escenario, se podrían presumir contagios entre estudiantes y personal docente de escuelas donde se decantaron por el esquema presencial. Esto llevaría al cierre temporal de la escuela y propiciaría el tránsito a la modalidad de trabajo a distancia. Aquí la presión vendría propiamente de padres de familia y el profesorado. Las redes sociales y los medios de comunicación tendrían influencia importante en este caso.  


Un tercer escenario, mucho menos probable que los otros dos, tendría lugar con un descenso significativo de contagios en donde las autoridades determinen un riesgo mínimo por la asistencia a espacios escolares. En ese caso, la presencialidad pasaría a ser una condición obligatoria. 


En este modesto y muy acotado ejercicio de prospectiva, es posible advertir que las transiciones entre esquemas del servicio educativo serán un asunto recurrente durante el actual ciclo escolar. La crisis educativa de la pandemia, a fuerza de necesidad ha propiciado cambios en el sistema, innovaciones en la práctica y la asunción de flexibilidad en el formato escolar.


Si bien, los debates por el regreso presencial o virtual a las aulas han sido acalorados y queda un largo trecho por mejorar las condiciones de nuestras escuelas, podemos afirmar que son estos grandes problemas los que nos impulsan en la búsqueda de nuevas formas de repensar la educación. Estas transiciones llegaron para quedarse, tan sólo imaginemos el esquema que elegirán las escuelas cuando la lluvia no cese por un par de días. 






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Comentarios

  1. Excelente párrafos muy a realidad en la que estamos viviendo. Aparte la consecuencia en cuanto a la salud que traerá consigo este regreso a clases re n la modalidad híbridas, también en lo económico a las familias por qué al presentar algunos de los síntomas del covid no podrás asistir el niño a la escuela que muy bien está ese aspecto pero el niños para regresar a la escuela tendrá que a hacerse un examen de covid y cuánto cuesta un examen de esos? . Consideró que va afectar en lo económico que esto quedaría en un segundo plano por qué lo primordial es la salud del estudiante.

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  2. Muy interesante su texto mi querido amigo y compañero. Bien acomodada cada frase y cada palabra, pero además, con mucho respeto y sabiduría de su parte. Un tema muy complejo que Ud. ha sabido desmenuzar. Muchas felicidades por la calidad de su prosa.

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