Influencia del medio social en la escuela, hablemos en valores

De conceptos y demás. 


Por Freddy Leo Flores  

Mamá.- ¿Qué acaso lo que te enseñe no ha servido de nada? 
Hijo.- y a ti, ¿te sirvió? 
Mamá. -… 


Imaginemos por un momento que los valores dejaron de existir, imaginemos que por primera y única vez nos damos cuenta de que lo que creíamos bueno no lo es tanto, y lo que hemos juzgado como malo, es lo que debería de ser…… 

Y es que cuando hablamos de valor, generalmente nos referimos a las cosas materiales, espirituales, instituciones, profesiones, derechos civiles, etc., que permiten al hombre realizarse de alguna manera. El valor es, entonces, una propiedad de las cosas o de las personas. Todo lo que es, por el simple hecho de existir, vale. En la mayoría de los casos el valor es captado como un bien, ya que se le identifica con lo bueno, con lo perfecto o con lo valioso. 

En sentido humanista, por ejemplo, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por ejemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso; es más valioso trabajar que robar. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad. Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social. 

Conceptos textuales, fundamentados e interesantes, pero no dejan de ser eso, una serie de conceptos abstractos y un poco contradictorios, entonces vayamos a algo más real, más tangible: la experiencia, no solo como normalista sino como ser humano, una experiencia que me permite caer en cuenta acerca de una premisa sencilla, interesante y muy significativa: las escuelas pueden también enseñar a los jóvenes valores al mismo tiempo que enseñan matemáticas, lengua y las otras materias, tal afirmación es fácil de digerir, son una serie de conceptos que llevan implícitos otros más, en realidad la afirmación está muy bien sustentada. El valor es un término abstracto, con un alto grado de relatividad, que se fundamenta básicamente en creencias y principios que surgen de la sociedad e influyen en la formación del individuo, el equilibrio, el dinamismo y la vitalidad de los hombres y mujeres que habitan en una sociedad determinada, siempre estará en función de la escala de valores efectivos. 

De allí su importancia dentro de la Educación, no como hecho o actividad aislada, sino como una acción interna del individuo. El docente debe sentir y practicar el valor enseñado, pues él, constituye en sí mismo un ejemplo para los niños y niñas que enseña. Pregonar con el ejemplo. Que premisa tan compleja, que afirmación tan complicada. 

Para Vygotsky, el contexto social influye en el aprendizaje más que las actitudes y las creencias; tiene una profunda influencia en cómo se piensa y en lo que se piensa. El contexto forma parte del proceso de desarrollo y, en tanto tal, moldea los procesos cognitivos. … el contexto social debe ser considerado en diversos niveles: 1.- El nivel interactivo inmediato, constituido por el (los) individuos con quien (es) el niño interactúa en esos momentos. 2.- El nivel estructural, constituido por las estructuras sociales que influyen en el niño, tales como la familia y la escuela. 3.- El nivel cultural o social general, constituido por la sociedad en general, como el lenguaje, el sistema numérico y la tecnología”. 

La influencia del contexto es determinante en el desarrollo del niño; por ejemplo: un niño que crece en un medio rural, donde sus relaciones solo se concretan a los vínculos familiares va a tener un desarrollo diferente a aquel que esté rodeado por ambientes culturales más propicios. 


La afirmación de Fernando Savater, en El valor de educar, respecto a que los niños, sobre todo en sus primeros años, pasan siempre un mayor tiempo fuera de la escuela que dentro, es uno de los aspectos más sencillos de reconocer, pero no sucede lo mismo cuando se trata de reflexionar al respecto. 

Los profesores no debemos subestimar la influencia educativa que tienen los valores, expresados dentro de familia, para nuestros estudiantes; ni mucho menos dar por sentado que ante el papel de esta, no podemos hacer nada mas por los alumnos, asumamos muestra responsabilidad, no temamos a al compromiso, recordemos que después de la familia, las aulas de clases es el lugar donde más tiempo pasan los niños. 

Sin embargo antes de ponerse en contacto con sus maestros, muchos niños ya han experimentado la influencia educativa del entorno familiar y de su medio social, el bombardeo de información que han recibido los niños a su corta edad es impresionante, los niños a estas alturas tienen idealizado el modelo de ser humano que quisieran ser, el compromiso es grande, demasiado diría yo. 

En la familia las cosas se aprenden de un modo bastante distinto a como luego tiene lugar el aprendizaje en el ámbito escolar. Un factor importante es la cercanía afectiva entre el niño y el educador o familiar, por lo que la enseñanza se apoya mas en el contagio y en la seducción que en lecciones objetivamente estructuradas, como sucede en la escuela. 

Los padres en un principio, los compañeros o amigos posteriormente, e inclusive, al final de la vida, los hijos y los nietos. 

La educación familiar funciona por vía del ejemplo, está apoyada por gestos, humores compartidos, hábitos del corazón, chantajes afectivos, junto a la recompensa de caricias o por el contrario de castigos, por eso lo que se aprende en la familia tiene una gran fuerza persuasiva, que en el mejor de los casos sienta las bases de principios morales estimables pero que, al mismo tiempo, en los casos desfavorables hace arraigar prejuicios que más tarde serán casi imposibles de extirpar. 

En la actualidad, la familia no cubre plenamente el papel de socializar al niño, por lo que la escuela no solo no puede efectuar su tarea específica, sino que empieza a ser objeto de nuevas demandas, para las cuales no está preparada. 

El padre que no quiere figurar sino como el mejor amigo de sus hijo sirve para poco, y la madre cuya vanidad hace esperar que la tomen por hermana, ligeramente mayor, de su hija, tampoco vale mucho más. 

Savater considera que una manera de interpretar estos hechos es afirmar que, como suele decirse, hay una crisis de autoridad en la familia. Tal crisis supone una antipatía y recelo no tanto contra el concepto mismo de autoridad, pues los padres exigen a otras instancias que la ejerzan, sino contra la posibilidad de ocuparse personalmente en el ámbito familiar del que se es responsable. 

Es decir, los padres no ejercen su autoridad en el ámbito familiar por varias razones, una de ellas es el rechazo a considerarse adultos con el derecho de ayudar a crecer, que los llevan a exigir de otras instancias el ejercicio de autoridad sobre sus hijos que ellos no saben ejercer. 

En fin, la tendencia actual de la educación exige al binomio familia- educación, poner especial énfasis en la educación que reciben sus hijos, extra clase y extra familia, es decir el bombardeo de ideales propios de la sociedad generalmente no cumplen una función educativa, reconozcamos en primera instancia que sobreproteger al niño de información social, no siempre traerá buenos resultados, debemos entonces conocer lo que se vive allá afuera, sentirlo, digerirlo y procesarlo, para que al final tengamos una idea más clara de cómo ayudar a los niños a lidiar con ese tipo de situaciones, seamos realistas para poder cambiar el andar tan conflictivo de la sociedad debemos de empezar desde adentro, desde los núcleos de esta sociedad tan cambiante, tan compleja, la respuesta a estos tiempos de crisis, se encuentra inmersa en el ceno familiar, en el escolar. 

Publicado en Utopía educativa



Comentarios

  1. En efecto Freddy, la respuesta al cambio se encuentra dentro del seno familiar. Sin embargo considero que en ésta sólo se encuentra una parte del cambio, es decir a lo más se aspira a una modificación en la ideología y la cultura bien arraigada que existe en la mayoría de los núcleos familiares de nuestra sociedad, se habla entonces de disolver esa perspectiva demasiado individualista, pasiva, conformista, entre muchos defectos más, con aras a concientizar en la población una postura psicológica más centrada en la empatía.
    Sólo se puede lograr mejorar la calidad educativa que se ofrece mediante una reestructuración de los paradigmas sociales. Porque en sí, el problema es multi-factorial, influye tanto ciertas prácticas pedagógicas, los principios (marco moral de los individuos), la carencia de valores, déficit de atención de los padres, falta de oportunidades, carencia de productos alimenticios, familias disfuncionales o desintegración familiar, etc. y cuando éstos se complementan dan paso a todos (desde la avaricia hasta la violencia) aquellos problemas de orden social.

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