Política nos compete a todos
Por Kevin Gibrán Rodríguez Wong
En
relación a la búsqueda de lo señalado con anterioridad, hare alusión al tema
planteado con el nombre de “A mí también
me da asco la política”, en el cual encuentro ciertos puntos que interesan,
por lo menos a mi análisis. Pero sobre todo, despiertan el interés por expresar
mi apoyo en lo mencionado como la defensa de los derechos laborales, y el papel
del gremio magisterial. El cual se verá manchado, indudablemente, tras la
detención de nuestra ex líder –su nombre es de todo conocido-.
En
primera instancia, me llama la atención el hecho de hacerse saber “ajena”, a la
política. Lo cual me hace pensar en el número basto y creciente de personas que
se sienten en esa clasificación. Realmente el sentirse ajeno, indistinto o
indiferente ante esto, provoca un estado pasivo. Una especie de “no estar
involucrado”, cuando realmente, por el hecho de pertenecer a la especie humana
lo estamos.
¿Qué quiero decir con esto?, las actuales reformas, no vienen más que a fortalecer un
sistema económico naciente como tal desde los tiempos de Miguel de la Madrid, y
quienes pudieron predecirlo, no lo hicieron.
Este
sistema económico en génesis, creció a causa del endeudamiento de nuestro país,
supuestamente por culpa de la excesiva intervención del estado en los asuntos
económicos –en donde se dejó ver claramente la corrupción-. Ese sistema que se
vino a buscar desde aquel entonces es el famoso neoliberalismo. Sin que
nosotros (o por lo menos yo), haya podido hacer algo. Pero bien, infiero que
muchos que pudieron, simplemente se “sentían ajenos”.
Ahora
bien, ¿por qué nace este sistema en busca de erradicar la relación del estado
en los mencionados asuntos?... a poco hasta aquí no te va llegando a la cabeza
el famoso concepto de “privatización”, y todos en los que se deriva, como:
“contrato”, “reforma laboral”, etc.
En
otro punto que me interesa tocar, es la oración que afirma sobre la vocación y
su nulo papel en la salvación de
quienes estén por entrar o por quienes ya están dentro del sistema educativo
nacional.
En
mi opinión, claro que la vocación puede llegar a rescatar del estancamiento
profesional a los maestros. A pesar de considerar todos los factores que
intervienen en los procesos de enseñanza-aprendizaje, el profesor con vocación
podrá promoverse si él quiere. Porque encontrará los medios necesarios para
lograrlo.
Sin
embargo, la visión desde arriba de ese gran maestro, será el de “un gran
empleado”, un buen trabajador. Un esclavo contento.
El
sindicato de maestros, a petición de lo que requiere este sistema, será
liderado por alguien que atenderá las indicaciones de arriba sin preocuparse
que tanto se modifiquen los derechos de los trabajadores. Claro, si nosotros lo
permitimos.
Por
supuesto que es hora de dejar la sumisión y luchar por los que en algún momento
fueron derechos bien aceptados. Está en nosotros en regresarle el prestigio al
maestro, pero el cambio será dado en manera colectiva, sin pesimismos y sin
pensar en si se logrará algo. El golpe debe ser desde abajo… contundente.
Saludos.
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