PLANEACIÓN DIDÁCTICA: UN ELEMENTO SUSTANTIVO EN LA PRÁCTICA DOCENTE
Por Kevin Gibrán Rodríguez Wong
¿QUÉ DICEN LOS PROGRAMAS DE ESTUDIO?
La educación formal, como se maneja a la que se da en un edificio escolar y es avalada por algún documento –llámese certificado, cartilla de evaluación, etc- contiene distintas vertientes, que si bien pueden estudiarse por separado, en la praxis están íntimamente entrelazadas. Es el caso de la pedagógica, la gestión escolar, ética profesional, didáctica, entre otras.
La
didáctica, que desde mi punto de vista, se entiende como la manera en la que
llegaremos a un fin (léase educar), contempla muchos factores, que abarcan
tanto el contexto en donde nos encontramos educando, como las características
de quienes aprenden. Haciendo de la práctica docente algo muy complejo, difícil
de improvisar y por tanto que debe de planificarse con un cálculo, así como un
rigor profesional. Es ahí donde surge
una verdadera obra artística, amalgama de pedagogía y didáctica: la planeación.
La
programación, planeación o planificación didáctica, no es otra cosa más que un
instrumento en donde organizamos actividades en base a los distintos factores
que intervienen en la enseñanza y el aprendizaje de los párvulos, considerando
por su propuesto un objetivo o propósito curricular. Este último se encuentra
establecido en los programas de estudio, pero la pregunta aquí sería ¿Qué dicen
los programas de estudio respecto a la planeación didáctica?
PLAN Y
PROGRAMA DE ESTUDIOS DEL 2009
El
documento creado durante el génesis de la Reforma Integral de la Educación
Básica (RIEB), no contempla mucho en sus líneas algo referente al tema de la
planeación o programación didáctica. Más bien, aprovecha en dar sustento
teórico al por qué de las acciones que se vendrían a partir de mencionada
reforma. Sin embargo, podemos sacar provecho del énfasis que se le da a los
conceptos de aprendizajes esperados, proyectos y temas de reflexión. Como nos marca textualmente Programa de estudios (2009):
“Corresponde a los docentes determinar el
orden en que se abordarán los proyectos y especificar la planeación a seguir en
cada bloque, considerando, tanto los temas de reflexión, como la condición
particular de los alumnos del grupo”.
Lo
anterior me lleva a pensar que quizás no se le daba la importancia real que
debería de tener este instrumento de organización, pues se limitan a hablar de
las características particulares de cada grupo y los propósitos que se deberán
seguir en busca del logro de un perfil de egreso establecido. No se consideran
pues, los múltiples factores que intervienen
en la labor educativa.
Sería
interesante analizar desde cuando aparece y en que formas hace presencia la
planificación de manera formal en el que hacer educativo. Sin embargo este
trabajo no abarca tal magnitud.
Desde mi punto de vista, gran parte de los
fracasos que ha tenido el sistema educativo mexicano, inclinándonos por la
labor de los maestros, es por la falta de profesionalismo en muchos de ellos.
El no realizar una planeación, es negar calidad, es no ser profesional; pocos
actores cinematográficos (pensaría que ninguno) se atrevería a realizar un
filme sin haber estudiado previamente un guión. Además, este instrumento llega
a fungir como un medio en donde conocemos los verdaderos límites de nuestra
práctica, hasta donde podemos llegar con el aprendizaje de nuestros alumnos, de
qué manera y con qué recursos, al no tenerla, concretamos amplias fisuras en la
enseñanza que ofrecemos.
PLAN DE
ESTUDIOS DEL 2011
Para
poder mencionar este plan de estudios, debemos dejar claro que se rige bajo
doce puntos, llamados “principios pedagógicos”, y son los siguientes:
- - Centrar la atención en los estudiantes y en sus procesos de aprendizaje.
- - Planificar para potenciar el aprendizaje.
- - Generar ambientes de aprendizaje.
- - Trabajar en colaboración para construir el aprendizaje.
- - Poner énfasis en el desarrollo de competencias, el logro de los estándares curriculares y los aprendizajes esperados.
- - Usar materiales educativos para favorecer el aprendizaje.
- - Evaluar para aprender.
- - Favorecer la inclusión para atender a la diversidad.
- - Incorporar temas de relevancia social.
- - Renovar el pacto entre el estudiante, el docente, la familia y la escuela.
- - Reorientar el liderazgo.
- - La tutoría y la asesoría académica.
De
estos doce principios pedagógicos, el segundo, llamado “Planificación para
potenciar el aprendizaje”,Programa de
estudio (2011) nos dicta lo siguiente:
“La
planificación es un elemento sustantivo de la práctica docente para potenciar
el aprendizaje de los estudiantes hacia el desarrollo de competencias. Implica
organizar actividades de aprendizaje a partir de diferentes formas de trabajo,
como situaciones y secuencias didácticas y proyectos, entre otras. Las
actividades deben representar desafíos intelectuales para los estudiantes con
el fin de que formulen alternativas de solución”
Como
se comentó en líneas anteriores, la planeación es un elemento fundamental en la
docencia. El campo educativo es tan amplio y complejo que no puede ser
improvisado en el espacio áulico. Más bien debe de organizarse de manera clara,
sencilla y objetiva. Convirtiéndose así, en una especie de aterrizaje a la
realidad en donde nos encontremos con nuestras labores profesionales.
Es
triste observar que lo existente en gran parte de los docentes, no contemplan
las características propias de los grupos en donde educan o intentan educar, y
se valen de la secuencia establecida en los libros de texto gratuito que poseen
los alumnos, o incluso descarguen vía internet algunas planeaciones. Las
cuales, siendo analizadas, carecen de alma.
No son una verdadera planificación. Hasta este punto nos preguntaríamos
entonces ¿qué elementos conforman una verdadera planeación?
LIBRE FORMATO… MISMOS COMPONENTES
El
instrumento al cual hemos hecho alusión en la extensión de este trabajo, tiene
la libertad de ser bajo un formato libre. Sin embargo, la sugerencia que se
hace en repetidas ocasiones es emplear alguna configuración con un espacio
amplio para la organización de las actividades o secuencias didácticas, pues
regularmente son las que mayor descripción necesitan. Mas debe constar, de
rigor, de ciertos elementos o componentes. En ese sentido, Mario Martín Bris
nos propone las siguientes:Diseño, análisis inicial, modelo de actuación,
implantación/ejecución/desarrollo, evaluación (Bris, 1997).
El
primero, es referente al formato y se considera como una base en donde irán
incluidos todos los aspectos. En el segundo se valoran los recursos que tenemos
al alcance, perspectivas del trabajo que realizaremos, previsiones en caso de
no lograr lo planteado en el desarrollo, estudio del contexto en el que se
desarrollarán las clases; es el análisis de la situación de partida y sus
perspectivas de aplicación.
El
tercero, llamado modelo de actuación, es donde quedan reflejados procesos,
fases y planes de acción, en él se incluyen la justificación teórica, técnica y
legal; objetivos, contenidos, evaluación. Algo parecido a la médula ósea de la
planificación.
El
cuarto, es referente ya al desarrollo de la práctica, y surgen la
implementación de alternativas de solución, en caso de no lograr lo que se
esperaba en la ejecución.
Por
último, el de evaluación, en donde se le da seguimiento a todo lo que suscitó
después de aplicarse todas las actividades previstas. Esta debe de ser crítica
y formativa.
Desde
mi punto de vista el autor citado da cabida a todos los elementos necesarios
para llevar una planeación de calidad. ¿Qué tan lejos estamos los profesionales
de la educación de llevarla a la práctica?
CONCLUSIONES
Sin
tomarle mucha importancia al término que se maneje, ya sea planificación,
programación o planeación didáctica; es importante saber la esencia que ésta
representa. Todos sus componentes deben ser necesariamente analizados, pues
fungirá como un instrumento de aterrizaje en cuestión de contenidos y métodos,
sobre una compleja realidad áulica.
Sería
difícil conocer actualmente a algún maestro que haga una planeación “completa”.
Si bien no es un trabajo fácil, si es una actividad necesaria, la cual, desde
mi punto de vista, caracteriza a un verdadero profesional de la educación,
¿Será que hay pocos verdaderos profesionales en este rubro?
En la actualidad, vivimos en el mundo de la
información y la comunicación; las distintas fuentes cibernéticas puedes
proporcionar bastante información útil, mucho material que pudiera ser
aprovechado al máximo en algún centro educativo, sin embargo, las
planificaciones que en ella encontramos están lejos de ayudar el qué hacer
docente, situando al maestro en una zona de confort. Haciendo que el profesor
promedio descargue programaciones didácticas que no atienden las verdaderas
necesidades de sus alumnos.
En
suma, el instrumento al que hemos hecho alusión en el transcurso de este
ensayo, es importante en demasía para llegar a una educación eficiente, y que
es la niñez de nuestra nación necesita. Creo que este objeto podría ser
incluso, como un parámetro adecuado para saber a qué maestro otorgarle la tan
trillada permanencia –la cual pasa a la Historia con la reforma educativa-.
Docente que planifica u organiza sus clases de manera completa, tiene
seguramente conocimiento de los contenidos que se habrán de abordar… Además, en
el apartado de las secuencias didácticas, se podría analizar el “Enfoque
didáctico”, establecido en los planes y programas de estudio, es decir, con
este instrumento se podría observar si el profesor se acerca a los métodos
socio-constructivistas vigentes. ¿Aun así sería necesario evaluar
periódicamente a los maestros?
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bris,
M. (1997). Planificación y práctica educativa. Madrid: Escuela Española.
Secretaría
de Educación Pública. (2009) Programas de estudio educación básica. México.
Secretaría
de Educación Pública. (2011) Programas de estudio educación básica. México.
Antúnez,
S. (2004), Organización y acción directiva. México: SEP.
En
Cero en Conducta (1998), Educación y cambio. México.
Dómenech,
J. (1997), La organización del espacio y del tiempo en el centro educativo.
España: Graó de ServeisPedagogics.
Díaz,
F. (1997). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo: una
interpretación constructivista. México: Mc Graw Hill.
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