Apuntes: educación y la contingencia, los retos para México


José Alberto Barrera Gamboa*

Los últimos tres meses han dejado, además de las lamentables cifras en contagios y decesos por la pandemia generada por el virus SARS-COV-2, una serie de afectaciones secundarias al empleo y la economía en nuestro país. A pesar de ello, se han hecho esfuerzos extraordinarios (sobre todo por el personal de la salud) para mitigar los efectos de esta pandemia, evitando contagios, muertes y procurando mantener la economía viva e irla reactivando de a poco, en donde se procure preservar ante todo la salud de los mexicanos. Aun así, pareciera que es cada vez más complicada la lucha en contra de la enfermedad en donde, además de la importancia que tiene que la sociedad acate los llamados de las autoridades sanitarias, también influye de manera directa las condiciones del Sistema de Salud en México que, sin lugar a duda, no estaban preparados para una situación como la que vivimos actualmente.

Ocurre algo similar en el Sistema Educativo Nacional (SEN), la Secretaria de Educación Pública (SEP) por recomendaciones de la Secretaria de Salud federal, se vio en la necesidad de adelantar el periodo vacacional de Semana Santa este año, procurando ante todo cuidar la salud e integridad de las niñas, niños y jóvenes estudiantes de todos los niveles educativos. Sin embargo, hasta ese momento no se contaba con un plan emergente sólido mediante el cual fuera factible sustituir las actividades académicas (toda vez que las condiciones de salud no permitían el regreso a clases), por lo tanto, se “experimentó” con algunas plataformas digitales para mantener la comunicación sobre todo entre la estructura educativa, los directores, docentes, padres de familia y estudiantes. Fue así como salieron a la palestra medios como el WhatsApp, Facebook, Zoom y algunas otras plataformas que por recomendaciones de la SEP eran adecuadas para activar de nuevo las actividades (sin necesidad de que estas fueran presenciales).

Pero también esta decisión generó que recordáramos a “otro México”, que siempre ha estado ahí, pero como nunca antes se había visto tan relegado de las decisiones de las autoridades federales. Con ello hacemos referencia a los millones de niños, niñas y jóvenes estudiantes que no tienen acceso a internet, no poseen una computadora o que en la comunidad en la que viven, estos servicios simplemente son inexistentes.

Cabe destacar que tan solo en 2018 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, (CONEVAL) afirmaba que en México existían 52.4 millones de personas que se encontraban en situación de pobreza y otros 8.6 millones en pobreza extrema. Y, además, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), se afirma en la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, que el 76.6% de la población urbana es usuaria de Internet, mientras que en la zona rural la población usuaria se ubica en 47.7% y aunado a esto solo el 44.3% dispone de computadora en sus hogares.

Ambos datos son abrumadores, sobre todo para un país en el que su política educativa se pretendió centrar por medio de las plataformas digitales. Evidenciando lo que de por sí se esperaba, miles de alumnos que no estuvieron en contacto con sus docentes, padres de familia que tenían múltiples complicaciones para ayudar a sus hijos o hijas a obtener los aprendizajes esperados y el hecho de que no hay evidencia dura que nos refiera que los alumnos “aprendieron en casa”.

De tal suerte que estos últimos tres meses nos dejan más enseñanzas y retos, y que evidencia rezagos y una sociedad desigual, en un país que por décadas estuvo marcado por la indiferencia y discriminación. En donde aún existen comunidades que carecen de los mínimos servicios, ya no hablemos de la posibilidad de acceder a recursos científicos y tecnológicos.

También a las autoridades educativas la tarea de ir eliminando de a poco la brecha tecnológica que prevalece entre las y los estudiantes del país, además de revisar a profundidad la formación de los docentes e ir buscando, poco a poco, que las nuevas generaciones de maestros dominen pedagógica y didácticamente el aula, así como estén a la vanguardia en la tecnológica y puedan brindar a sus alumnos alternativas de enseñanza.

Quedan muchos retos a revisar durante y después de esta contingencia sanitaria, pero el Sistema Educativo Nacional tiene que sufrir cambios positivos y encontrar en las experiencias internacionales, tanto en las aulas con las y los niños, como en las escuelas formadoras de docentes la solución a los problemas que aún pesan sobre la educación en México.


*Profesor de primaria. Licenciado en Educación Primaria. M.E.

Correo: latinozq23@hotmail.com

 

BIBLIOGRAFÍA

CONEVAL. (31 de Julio de 2019). Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Recuperado el 26 de mayo de 2020, de Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social: https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/PobrezaInicio.aspx

INEGI. (17 de Febrero de 2020). Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares. Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares. México. Recuperado el 26 de mayo de 2020.


Publicado en Claroscuro

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