Acaso en Sinaloa ¿todos quieren ser maestros?...
Por José Alberto Barrera Gamboa
Cada vez que me
preguntan el lugar en el cual estudié mi licenciatura, contesto con orgullo y
cierto grado de presunción que en la Escuela Normal de Sinaloa, quizá el grado
de presunción impreso resulte irrelevante o estúpido para muchos quienes,
probablemente estudien o estudiaron una carrera “más compleja” (que
ciertamente, cada una de las carreras universitarias tienen su grado de
complejidad), tratando de lucir además, un titulo que conceptual e
imaginariamente se encuentra desvalorizado totalmente. En muchas de las
conversaciones, preguntan ¿Y es muy difícil entrar ahí? Bueno, contesto: cuando
yo si…Porque, prosigo, hubo cerca de 1000 solicitantes, de los cuales solamente
70 tuvimos la posibilidad de ingresar a la Normal. Y ahora, en tono jovial,
dieron la oportunidad a poco más de 315 alumnos, solamente en la licenciatura
de educación primaria, sin contar el crecimiento exponencial en las
licenciaturas de secundaria y preescolar. Una matrícula enorme, muy robusta a
comparación a dos o tres años anteriores.
Analicemos
entonces la matricula en el resto de escuelas y universidades que, dentro de su
oferta educativa tienen carreras afines para ejercer la docencia. En las cuales
el aumento de los estudiantes es muy similar al que sufrió (o benefició) la
Escuela Normal de Sinaloa. Por ejemplo: en la Universidad Pedagógica Nacional
unidad Los Mochis los alumnos de nuevo ingreso solamente en la licenciatura de
educación primaria, suman poco más de 390. Sin contar aquí, la licenciatura de
educación preescolar, licenciatura en intervención educativa y la licenciatura
en educación indígena, ofertadas todas por la universidad. Añadiendo un
centenar de alumnos mas (solamente de nuevo ingreso) en cada una de las
subsedes de Guasave, El Fuerte, Choix y Sinaloa de Leyva. Suponiendo que la
matricula en la Escuela Normal Experimental del Fuerte haya aumentado
comparativamente igual que la Escuela Normal de Sinaloa, hablaríamos pues, de
la misma cantidad de alumnos en la Licenciatura de Educación Primaria
(solamente), sin contar otra licenciatura ofertada por la ENEF. Lo anterior es
retomando (datos seguramente variables) únicamente en el norte del Estado.
Entendiendo además, que la Universidad Pedagógica Nacional unidad Culiacán y
Mazatlán y sus respectivas subsedes, Escuela Normal de Mazatlán (particular),
Colegio Windsor, Universidad del Vallo del Fuerte, Universidad de Sinaloa y
demás escuelas que oferten licenciaturas para poder ejercer la docencia en
educación básica. Añadiendo al número indefinidos de desplazados sinaloenses
estudiando en estados colindantes (como Nayarit, en el que se concentra,
supongo, la mayor cantidad de estudiantes sinaloenses pertenecientes a carreras
afines a la docencia). Resulta incluso confuso enlistar todas las escuelas que
albergan estudiantes que “quieren ser maestros”. Resulta interesante también
recordar el número crecientes de estudiantes o profesionistas quienes cursan la
“nivelación pedagógica” en los Centros de Actualización Magisterial, donde este
año solamente en Los Mochis hay cerca de 455 alumnos.
Los comentarios
aquí hechos no son para desvalorar las aspiraciones legítimas que cada
individuo tiene para ejercer y estudiar la profesión que más le agrade y
convenga. Se trata de datos, analizar
por qué muchos de los egresados de bachilleratos u otros, quienes estudiaron
otras carreras y vieron reducidas sus posibilidades laborales, recreativas,
personales o económicas, eligen la profesión docente como su segunda, tercera u
última opción. Sin desmeritar aquellas personas quienes eligieron como primera
opción la docencia, o quienes perseveraron en el o los intentos por entrar a
una escuela formadora de docentes. Sin embargo, me atrevería a aseverar que los
estudiantes cursando en carreras afines a la docencia son un porcentaje alto en
la matricula de alumnado en el estado de Sinaloa. ¿Qué está sucediendo?
¿Realmente ser maestro de educación básica permite una cierta estabilidad
laboral y la capacidad de tiempos para recreación que otros trabajos no dan? ¿La
mayoría de estudiantes entran por vocaciones y se interesan realmente en el
avance educativo en el país y, además están consientes de toda la problemática
que conlleva ser un maestro comprometido?
Repito, elevar la matricula en escuelas públicas o particulares
formadoras de docentes no es para nada un pecado, incluso este año al menos en
Sinaloa, el número de estudiantes aceptados en todas las carreras de escuelas
públicas fue considerablemente mayor y esto, por supuesto tendría que ver con
un decremento en las cuestiones de rezago educativo y un progreso en la
oportunidad de ver cristalizados los principios educativos de la constitución.
Lamentablemente
se observa que mucho de los alumnos, esperan ser maestros para tener cierta
comodidad laboral y soltura económica, situándose esto en uno de los
imaginarios sociales comúnmente aceptados. Además de poseer periodos vacaciónenles
como en otras empresas no los hay. Supongo que muchos de ellos desconocen la
realidad laboral y social del maestro común. Además de las cuestiones reales de
salario, es pues, una de las profesiones en las que existen índices altos de
estrés y enfermedades psicológicas, desarrolladas seguramente por las presiones
laborales y personales a las que es sometido el maestro. Aunque cierto también,
que trabajar para el Estado mexicano siempre trae consigo algunas ventajas a
diferencia que en empresas privadas.
Por otro lado,
se habla y se hacen grandes discursos sobre la inserción de más y más
estudiantes a escuelas públicas, pero sin la claridad suficiente para
pronosticar una oferta laboral similar a la educativa actualmente contemplada.
Entonces, los estudiantes (docentes o no) vislumbran un futuro incierto, en el
que las posibilidades de laborar ipso facto son muy reducidas. Ampliando aun
más los que los críticos del neoliberalismo denominan”ejército de reserva”, que
funcionan como sujetos desempleados o subempleados que mantienen presión sobre
los trabajadores formales, permitiendo al Estado y patrones mantener salarios
bajos y pocas ofertas laborales.
Reflexionar
entonces es la tarea…pensar y volver a pensar sobre quienes están entrando a
las escuelas formadoras de docentes y por qué lo hacen. Qué esperan y cómo ven
realmente la profesión magisterial.
Pie de página: Datos de estudiantes y escuelas son solamente
estimaciones. Para un conocimiento específico de cada uno de estos, consulte
las páginas oficiales de cada institución o información afín.
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Publicado en Claroscuro
Es realmente impactante lo que cambio la ENS de un año a otro, siendo aun estudiante de la misma institucion hago comparaciones de cuando ingrese y hoy, si bien cada quien se va forjando su camino la demanda causo ciertos cambios que pasaron a perjudicar al resto de nosotros, la posibilidad de una plaza disminuye, los costos aumenan siendo mas notorios el preferitismo de una licenciatura a otra, es bueno que si es la forjadoara de la patria use toda la pedagogia que escupen y hagan una valoracion justa de las condiciones en las cuales se trabaja y del real rendimiento de cada estudiante normalista, me despido diciendo que la vocacion en los cientos tal vez miles de estudiantes que hoy estan en la ens es realmente descilucionante saludos a los futuros colegas y los maestros que usan con orgullo su titulo! GL
ResponderEliminarDisculpen las faltas ortográficas que puedan encontrar. atte Jose
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